Para contaros quién es Raúl Lansac y el porqué de la subida explosiva que lleva su nombre, hay que empezar hablando de los inicios del Club Deportivo A Ixena y de las primeras ediciones del Medieval Trail Montearagón Piedra a Piedra.
Allá por el 2013, un grupo de amigos, vecinos de Quicena y amantes del deporte, hicieron piña para entrenar y participar en carreras a pie mientras disfrutaban de la familia. El nombre del club no fue elegido al azar. “A Ixena” en aragonés significa «todos juntos», que refleja claramente la filosofía de la amistad, hacer cosas juntos, deporte, ocio, familia, y que identificaba perfectamente a este grupo de amigos.
En las dos primeras carreras a pie que se hicieron por los alrededores del Castillo de Montearagón (años 2015 y 2016), organizadas por el Club Atletismo Huesca y el ejército de tierra, desde el Acuartelamiento Sancho Ramírez de Huesca, A Ixena estuvo ahí participando y disfrutando de la magnífica organización.
En la edición del año 2017, el Ayuntamiento de Quicena y A Ixena tomaron el relevo de la organización de esta carrera, con la colaboración del Club Atletismo Huesca, cambiando el recorrido y consiguiendo que la salida y la meta fueran en su pueblo, en Quicena.
Raúl no podía faltar en la organización de esta carrera, en la que también participó como corredor. Y fue entonces cuando pensó en la idea de cronometrar la subida al Castillo de Montearagón y dar un premio especial a quien hiciera ese tramo en el menor tiempo posible.
Lamentablemente, Raúl no pudo llegar a ver realizada su idea. En mayo de 2018, un trágico accidente laboral lo apartó de nuestras vidas. En la edición de ese año, los miembros de A Ixena quisieron homenajear a su amigo Raúl poniendo su nombre a esa subida explosiva cronometrada que él planificó, pero que no pudo disfrutar.
Y mientras esta carrera se siga celebrando, sabemos que Raúl estará ahí, echándonos una mano desde allá donde esté y contemplando a sus amigos, vecinos y visitantes disfrutando de esta prueba de la que él fue participante y organizador.
Desde A Ixena, seguiremos con los pies en la tierra y el corazón en la meta.